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Aplicaciones para celulares útiles, prácticas y gratuitas

Por: Alexis Louhau.- Un ingeniero rosarino se dedica a crear programas para resolverles necesidades cotidianas a los ciudadanos de hoy.


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Las aplicaciones para dispositivos móviles se transformaron en una dinámica alternativa para tener acceso las 24 horas al más vasto contenido, fácilmente adaptable a los gustos y necesidades del usuario, que solamente se ve limitado por la capacidad de almacenamiento del dispositivo con el que se cuente. La fuerte incidencia sobre personas de todas las edades, potenciada por la posibilidad de formar un negocio altamente rentable tras la venta de aplicaciones a empresas por exorbitantes sumas de dinero, abrió el juego para programadores que, al mismo tiempo, encontraron una manera de mostrarse al mundo.

Pablo Fiore es un ingeniero en sistemas egresado de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) que desde hace unos años se dedica exclusivamente al desarrollo de aplicaciones que proporcionen un beneficio a población de Rosario en general y que, simultáneamente, le permita continuar engrosando la plantilla de personal y cartera de clientes de la empresa Rosario Mobile Apps, de la que es fundador.

El desarrollador se inició en el rubro tras resultar premiado, junto a otros socios, en la competencia anual de Planes de Negocios organizada conjuntamente por la Secretaría de Producción y Desarrollo local de la Municipalidad, JCI y Endeavour.

El proyecto galardonado se trataba de SMS Connect, una plataforma para la generación de campañas de marketing a través del sistema de mensajería móvil. Así fue como surgió la posibilidad de iniciar su negocio en el Centro de Innovación y Desarrollo Local (Cidel), dependiente de la mencionada secretaría local, ubicada en Maipú 835, donde actualmente trabaja en su nuevo emprendimiento.

“Desde hace tiempo estoy ligado a tecnologías orientadas a aplicaciones corporativas. En los últimos dos años se evidenciaba que el desarrollo se apuntaba a lo que es aplicaciones móviles, por lo que decidí enfocar mi línea de trabajo en el desarrollo de utilidades para sistemas operativos Android, Windows Phone y Blackberry”, relató Fiore en una entrevista con El Ciudadano.

Fácil y sin costo

El técnico, de 36 años, comentó que se encuentra enfocado full time en idear y elaborar nuevas aplicaciones gratuitas de fácil utilización y desarrollo para que la comunidad local pueda tener, al alcance de la mano información adicional relevante que contribuya a mejorar sustancialmente su calidad de vida.

La simpleza, según contó, radica en la utilización de tecnologías que permiten desarrollar aplicaciones por única vez y reutilizar un alto porcentaje de su código para adaptarlas a otras plataformas como Windows Phone, Blackberry o Mac OS.

“Eso es lo que nos permite competir con otras compañías, que tienen un equipo especializado para cada plataforma”, agregó.

Sin embargo, en este punto reside uno de los principales inconvenientes a la hora de poner en funcionamiento desde cero un microemprendimiento personal: la dificultad para conseguir el aporte de empresas privadas que estén dispuestas a financiar el proyecto, por lo que la mayoría de los fondos salen del propio bolsillo.

“El costo de las aplicaciones, al ser gratuitas y no incluir publicidad, lo debo absorber yo. Como soy emprendedor y quiero que mi compañía genere ingresos, el trabajo que estoy haciendo ahora lo veo como una inversión en publicidad”, analizó.

De acuerdo con lo explicado por Fiore, la primera fase del plan de negocio consiste en el desarrollo de aplicaciones gratuitas para demostrar que se trata de “un proyecto serio”, buscando llamar la atención de inversionistas o de otras empresas que contribuyan a la elaboración de productos más complejos que tengan mayor influencia en la sociedad. De este modo, la financiación inicial es vista como “una inversión en publicidad” para “romper con la barrera” que separa a los emprendedores novatos de las grandes corporaciones dispuestas a dar una mano.

“Lo veo como una inversión, porque a partir del conocimiento que vayan tomando (las aplicaciones) me podré ir formando una cartera de clientes para profundizar y elaborar aplicaciones más ambiciosas”, explicó.

“No tengo presupuesto para invertir en publicidad pero sí tengo ganas de laburar y de mostrar mi trabajo”, abundó.

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