Anna Karenina es un drama clásico sobre la fidelidad y la traición que busca romper ese esquema combinando el cine con un escenario teatral.
Dirigida por Joe Wright (Orgullo y prejuicio, 2005), Anna Karenina se propone como un drama clásico que sin embargo busca romper el clasicismo desde la puesta audiovisual, combinando locaciones cinematográficas con un gran escenario teatral.
Ambientada en 1874, Anna (Keira Knightley) es una joven aristócrata casada con Karenin (Jude Law), un oficial de alto rango del gobierno ruso. A pedido de su hermano, Anna viaja de San Petersburgo a Moscú y allí conoce al conde Vronsky (Aaron Johnson), un joven militar que se deslumbra con Anna, al igual que ella con él. Aunque todas las señales les indican la imposibilidad de consumar dicho amor, ambos eligen seguir sus sentimientos sin medir las consecuencias que puede generar en la sociedad en la que viven.
Si bien la adaptación de la novela de Leon Tolstoi se cuenta respetando la cronología de los hechos, el director apuesta a los códigos del teatro para proponer otras formas espacio-temporales. Hay un montaje interno dentro de la imagen: se superponen decorados que articulan diferentes espacios que también funcionan marcando el tiempo. Entre una faceta más realista y aquella que parece montar una gran obra teatral se dejan traslucir dos caras de una misma historia donde se debaten los personajes de Anna Karenina, la artificialidad e hipocresía del mundo de la aristocracia rusa contra la fuerza de los sentimientos que deben quedar ocultos por temor al castigo social.
Salas: Showcase, Sunstar, Village, Del Centro, Monumental.
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