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Analizan alternativas de continuidad en Mefro Wheels

Desde la Unión Obrera Metalúrgica ven la expropiación como una salida, aunque también se habla de posibles compradores.


Esta semana será clave para los trabajadores de Mefro Wheels. Después de que anteayer el Concejo Municipal sancionara una ordenanza que impide la venta de los terrenos de la fábrica de llantas por 180 días y los destina a un uso exclusivamente industrial, algunas alternativas aparecen en el horizonte. Desde la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) de Rosario ven la expropiación como una de las salidas, aunque no es la única. En la planta de Ovidio Lagos al 4400 también se habla de dos inversores interesados pero, hasta ahora, los accionistas alemanes no se mostraron interesados en vender. “Lo importante es encontrar la salida más rápida. Con una empresa que brilla por su ausencia pero que tampoco quiere desprenderse, la expropiación es una de las opciones más viables”, dijo a El Ciudadano el abogado de la UOM, Pablo Cerra.

Expropiación

Según Cerra el contacto con los accionistas alemanes se cortó hace semanas, lo que llevó a la UOM y al gobierno provincial a plantearse la expropiación como una de las alternativas de continuidad de la planta: “La empresa no quiere vender, por lo que esta sería una salida. De todos modos, para conseguirlo necesitaríamos el consenso de todos los bloques de la Legislatura provincial. Y después pensar cómo se gestionaría la fábrica tras la expropiación”. Para el abogado de la UOM las alternativas son una nueva licitación privada, una gestión estatal o un proceso cooperativo, aunque esta última opción aparece con menos fuerza entre los 170 trabajadores.

“Cuando hablamos con el ministro de Trabajo Jorge Triaca le planteamos la posibilidad de la expropiación. Queríamos saber si contamos con el apoyo del bloque de Cambiemos”, dijo Cerra y agregó: “El ministro nos dijo que estaban buscando inversores. Pero nosotros le explicamos que acá el problema es otro: inversores hay, trabajo hay, pero la empresa no quiere desprenderse”.

La ausencia de la compañía alemana se remite a diciembre pasado cuando se dio el traspaso de las acciones de Mefro Wheels –de capitales alemanes– a una empresa financiera, también alemana. Los nuevos accionistas hicieron “un vaciamiento de manual”, explicó Cerra. “Con la apertura de importaciones Mefro de Alemania empezó a traer sus llantas al país, bajando la producción local un 70 por ciento en un año. Los nuevos dueños llegaron para cerrar la planta de a poco: dejaron de invertir, no compraron materias primas, no pagaron sueldos y esperaron que se caigan los pedidos. Todo con el fin de que los trabajadores de cansen y se vayan”, apuntó.

Planta abierta pero cerrada

A mediados de febrero los operarios decidieron en asamblea aceptar una indemnización por el 60 por ciento de lo que corresponde por ley. Pero después de ofertar los dueños volvieron a desaparecer y desde entonces no hubo novedades de pago ni de inversión en la planta.

“No fuimos despedidos ni suspendidos, seguimos yendo a trabajar aunque no tenemos casi nada para hacer”, contó a este diario Rubén Zamora, operario con 20 años de antigüedad. Según el metalúrgico, en la fábrica podrían estar trabajando porque llegaron pedidos de varias marcas. Pero, al no haber dinero para insumos, no se pueden terminar los encargos. “Estamos haciendo 100 ruedas y tenemos que hacer otras 600, pero no hay materiales suficientes. Si pudiésemos cumplir con los pedidos de Toyota podríamos volver a la normalidad”, explicó Rubén. Por el parate de Mefro Wheels y la apertura de importaciones del último año, Toyota empezó a traer llantas de Tailandia. La situación se repite con otras autopartes que compran las ruedas a Brasil, Europa y países asiáticos.

Mientras tanto, la planta de Mefro Wheels en Rosario –la única del país que fabrica llantas desde hace 60 años– está abierta pero con poco para hacer. “Seguimos yendo para mantener y poner en condiciones las máquinas. Estamos a la espera de la reactivación”, dijo uno de los obreros.

Los operarios confían en la posibilidad de un nuevo inversor: “Se dice que hay uno o dos compradores muy interesados, pero no quieren saber nada con los alemanes”.

Para los trabajadores la visibilización del conflicto junto con las acciones del Concejo Municipal y del gobierno provincial sirvió para “poner trabas a las intenciones de cerrar” por parte de la empresa alemana. “Confiamos en que finalmente van a vender a un nuevo inversor o que se va a encontrar una alternativa al cierre que hasta hace poco parecía inminente”, concluyeron.

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