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Sociedad

Analista de los signos sociales

El francés Roland Barthes, semiólogo y filósofo, ejerció con sus trabajos una importante influencia en el modo de realizar crítica de textos literarios y fue uno de los exponentes de la escuela estructuralista de la segunda mitad del siglo XX.


Roland Barthes fue un filósofo, ensayista escritor y semiólogo francés, su polifacética y prolífica obra ejerció una importante influencia en el modo de realizar crítica de textos literarios en la segunda mitad del siglo XX. Su evocación en el año del centenario de su nacimiento renueva el interés por la lectura de sus obras e incita al cultivo de un pensamiento libre de ataduras dogmáticas.

Esbozo biográfico

Roland Barthes nació en Cherburgo el 12 de noviembre de 1915.

Como indica uno de sus biógrafos: “Su padre murió en 1916 en un combate naval en el Mar del Norte, de modo que su orfandad significó una carga en sus comienzos, si bien luego el Estado pagaría una pensión para sus estudios. Su primera infancia transcurrió en Bayona, y a la edad de diez años se trasladó a París, si bien en los veranos retornaba a la casa de sus abuelos paternos. Su madre profesaba la religión cristiana protestante, lo que le facilitó esa vida algo aparte que siempre defendió; vivió con ella hasta la muerte de ésta en 1977. Barthes realizó sus estudios secundarios en el instituto Louis-le-Grand, para luego hacer filología clásica en la Facultad de Letras de la Universidad de París”.

En el año 1934 le diagnosticaron tuberculosis, permaneciendo hasta 1935 en la región de Los Pirineos donde fue sometido a tratamiento para su curación. Estudió Letras Clásicas graduándose en 1939 y finalizó su formación en Gramática entre los años 1943 y 1947.

Continuó con su tratamiento de la tuberculosis en instituciones hospitalarias de Francia y Suiza, dado que 1941 había tenido que dejar de lado sus actividades por razones de salud. Fue activo partícipe en una Agrupación de Teatro Antiguo a la que dio vida junto a sus condiscípulos cuando era estudiante.

Elaborando una nueva crítica

Como explica un comentarista de su obra: “Roland Barthes fue uno de los principales exponentes de la escuela estructuralista, influenciado por los lingüistas Ferdinand de Saussure, Émile Benveniste y Roman Jakobson, así como también por el antropólogo Claude Lévi-Strauss. Criticó los conceptos positivistas en literatura que circulaban por los centros educativos franceses en los años 50. Una parte de la obra inicial de Barthes, si bien heterogénea y a menudo abstracta, puede ser accesible con una lectura metódica y concentrada; los conceptos propuestos para el análisis semiológico, en un primer momento provenientes de lingüistas como los ya citados y Hjelmslev y otros van derivando a una especificidad mayor que permite avanzar por el entonces poco transitado camino de la semiótica, que desarrolla en su libro Elementos de Semiología”.

La producción literaria de Barthes transitó diversas etapas experimentando cambios.

Originalmente son notorias en su obra las influencias de Jean Paul Sartre y Bertolt Brecht con algunos matices propios del autor. Luego comienza a desarrollar investigaciones propiamente semiológicas, centrando su interés especialmente en la lingüística.

Afirma un estudioso de su obra que “durante un tiempo se interesó por el campo textual: la obra literaria considerada desde diversos puntos de vista, nunca unilateralmente, y que implicaba, o bien una filosofía del sujeto de tipo psicoanalítica o bien una filosofía de la sociedad de tipo marxista o político. Roland Barthes considera que la intención de un autor al escribir una obra, no es el único anclaje de sentido válido a partir del cual se puede interpretar un texto. Él considera que en la literatura se pueden encontrar otras fuentes de significado y relevancia. Puesto que el significado no está dado por el autor, éste debe ser creado activamente por el lector a través de un proceso de análisis textual”.

El devenir de su obras

En 1953 publicó su primer ensayo, El grado cero de la escritura, le siguieron un original trabajo sobre Jules Michelet y las célebres Mitologías. Estos ensayos significaron un merecido reconocimiento por la agudeza de sus análisis sociológicos.

En 1963 apareció un polémico ensayo sobre el dramaturgo Racine y en el año 1964 vio la luz una excelente recopilación de Ensayos críticos, traducida a diversos idiomas. Su breve escrito Crítica y verdad de 1966 fue su alegato en defensa de la nueva crítica, atacada desde los ámbitos académicos.

Años después dio a conocer dos libros de lenguaje más técnicos: Sistema de la moda y S/Z, una lectura de Balzac.

Durante la década de 1970, Barthes realizó una renovación radical de su crítica literaria, recurriendo a herramientas de filósofos como Jacques Derrida y Philippe Sollers y a escritos del psicoanalista Jacques Lacan. Su búsqueda se orientó hacia la convergencia entre el ensayo riguroso y sus deseos de convertirse en escritor, siendo su referente desde los años de juventud André Gide.

Ejemplo de esto son sus escritos sobre El Marqués de Sade, Charles Fourier e Ignacio de Loyola, el del año1971, en un texto que se muestra de cierta neutralidad narrativa. Le seguirán trabajos como El imperio de los signos (1971), Nuevos ensayos críticos (1972), y en 1973 su célebre y sucinto El placer del texto, donde exhibe claramente su nueva perspectiva de análisis, haciendo entrar la subjetividad.

Afirma una afamada ensayista: “En el año 1975, nuestro autor dio un giro mayor con su libro Roland Barthes, rara y muy sugerente autobiografía fragmentaria en forma de anécdotas, pequeñas teorizaciones y aforismos. Esta obra en cierta medida fue prolongada por su libro sobre el discurso amoroso Fragmentos de un discurso amoroso (1977), que logró un éxito tal que a su juicio fue paralizador. De todos modos Barthes continuó con su labor docente en el College de France y escribió finalmente su libro sobre la fotografía La chambre Claire, de 1980.

Roland Barthes murió en París a los 64 años, el 25 de marzo de en 1980 en la primavera europea a raíz de haber sido atropellado por un vehículo en la calle de las Écoles, frente a la Sorbona. Su obra es uno de los hitos fundamentales en las ciencias sociales contemporáneas, principalmente en los estudios acerca de la comunicación y sus avatares.

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