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Comunidad remota

Amazonas: queman viva a mujer acusada de bruja

Rosa Villar Jarionca ardió en una hoguera por haber enfermado a miembros de su comunidad, de una etnia indígena, a través de prácticas de brujería.


Una mujer acusada de practicar brujería y provocar enfermedades a sus vecinos fue quemada viva en una remota comunidad indígena en la zona del Amazonas, indicaron el martes autoridades del Perú.

Un video grabado por uno de los testigos con un celular y obtenido por las autoridades muestra a la mujer amarrada, Rosa Villar Jarionca, en medio de una pila de troncos secos. Un hombre la empapa con gasolina y otro le tira un fósforo. Luego se observa cómo el fuego le cubre el cuerpo y ella grita desesperadamente.

El fiscal peruano Hugo Mauricio, del distrito Puerto Bermúdez, confirmó la muerte de Rosa Villar Jarionca, de 73 años, en la comunidad indígena llamada “Shiringamazú Alto”, donde no hay señal telefónica y distante diez horas de su despacho por un difícil camino estrecho en medio del Amazonas.

“Encontramos algunos restos de huesos ya calcinados, se dice que se le estuvo quemando por tres días seguidos para que no hubiera rastros”, explicó el fiscal. Comentó además que hallaron un hueso húmero casi intacto, posiblemente de Villar.

Añadió que frente a 40 habitantes, Villar fue condenada a morir por presuntamente provocar cólicos permanentes en varios comuneros. “Por acuerdo de la mayoría llegamos a una decisión de eliminar a esta señora”, se lee en un acta escrita a mano en idioma español en el libro de la comunidad que la fiscalía recolectó como evidencia.

El acta, redactada y firmada por las autoridades comunales, también indica que el castigo sirve para “dar ejemplo a la comunidad y a otras comunidades de que no debe existir este tipo de daños”.

El fiscal Mauricio comentó que son frecuentes las acusaciones de brujería. En 2015, otra mujer embarazada fue acusada de brujería por pobladores y golpeada hasta hacerla abortar en otra comunidad, dijo el fiscal.

Los habitantes pertenecen a la etnia Yanesha, o Amuesha, y viven en una zona del Amazonas central del país donde la presencia estatal es escasa y los habitantes apenas tienen acceso a educación, salud o justicia.

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