Alberto Rojo es guitarrista, escritor y físico. Oriundo de Tucumán, está afincado en la ruta porque su trabajo como docente y artista lo lleva a moverse con cierta frecuencia entre la Argentina y el Estado de Michigan, Estados Unidos, donde dicta clases en el Departamento de Física 1º de la Universidad de Oakland.
Se presentará este sábado, a las 21.30, en el Petit Salón de Plataforma Lavardén para hacer un repaso de sus tres discos de estudio: De Visita, Para mi Sombra (producido por Pedro Aznar) y Tangentes (producido por Luis Gurevich) más algunas nuevas composiciones que serán parte de su próximo disco. Acompañarán a Rojo en Rosario Horacio Cacoliris en percusión y Norbi Córdoba en bajo acústico.
Antes de llegar a Rosario, y en exclusiva, dialogó con El Ciudadano sobre su presente; y se permitió analizar algunos factores que aplican a su convergencia ocupacional: entre la ciencia y la música.
—Sos un artista que, en su producción, combina múltiples lenguajes para expresar una mirada de las cosas. Escribís sobre la física cuántica y componés obras que cantaron Mercedes Sosa y Pedro Aznar. ¿Cómo conjugas tus facetas de músico y científico?
—Lo conjugo de una forma natural para mí porque no creo que haya una contradicción. Yo soy desde chico muy interesado por la música y por la ciencia y trato de dividir mi día tratando de hacer ambas cosas y por otro lado tratando de identificar, cosa que realmente hay, elementos científicos en la música y la poesía y elementos estéticos en la ciencia.
—¿Cómo ingresa la ciencia en tu mundo musical?
—Hay dos razones: una es el sentido de asombro. La ciencia surge de curiosidad y de asombro y cuando compongo expreso ese sentimiento de asombro ante el mundo. Por otro lado hay toda una historia de la conexión entre la música y la ciencia, que es una historia muy larga, pero tiene que ver sobretodo con que la gramática musical, las reglas de la armonía, las consonancias, son expresables en números. Hay una gramática musical que es, en lo más íntimo, matemática. O sea que, de esa forma, diría que es la primera entrada de la ciencia a la música.
—¿Cómo evaluás el momento que vive el país en los últimos meses en el plano de la ciencia y de la cultura?
—Este momento del país lo vivo con un poco de preocupación. Estamos viviendo un momento en el que el gobierno, al menos en lo visible, no considera a la ciencia y a la cultura como una prioridad en su modelo, si no que es más bien, algo periférico y eso me preocupa.
—¿Qué representan los tres discos que elegiste para tocar en Rosario? ¿Estás escribiendo nuevas canciones?
—Vamos a presentar los tres discos y algunas cosas nuevas y canciones que espero mostrarles que tienen que ver con la conexión entre la física y la música. Una historia de la física contada con canciones que es algo que estoy preparando.
—¿Cómo diagramaste esta presentación junto a Horacio Cacoliris y Norbi Córdoba?
—Será parecida a presentaciones que hicimos otros años. Es un trío que me encanta; nos llevamos muy bien. Norbi es un genio del bajo y Horacio es un percusionista muy bueno. Es un formato de trío de jazz pero de canciones folclóricas, con percusiones folclóricas. El formato es muy standard de jazz; ¿por qué no explorarlo y trabajarlo con la música nuestra?
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