Un hombre de 46 años, detenido en la provincia de Buenos Aires, fue imputado ayer por el homicidio de un anciano que fue hallado apuñalado en su casa de la zona noroeste. A su vez fue acusado de amenazas coactivas contra una persona que lleva su mismo apellido. El hecho fatal tuvo lugar el mes pasado. Mario Pereyra, de 80 años, fue encontrado en su cama con 17 puñaladas. Bajo la mira de los investigadores quedó un hombre que se mantuvo prófugo hasta el lunes pasado, cuando fue detenido, luego de un robo, en la zona oeste del conurbano bonaerense. Por su parte, el juez Carlos Curto dispuso la prisión preventiva del sospechoso hasta el 23 de diciembre.
El sábado 17 de octubre, Mario Pereyra, de 80 años, mantuvo una discusión con un vecino; a la mañana siguiente, alrededor de las once, fue hallado sin vida en su humilde casa ubicada en República de Irak al 1700, en barrio La Cerámica. El anciano yacía en su cama, tapado con una sábana; su cuerpo había sido apuñalado en 17 oportunidades. Según relataron vecinos, el anciano era conocido como el viejito de la cerveza porque solía sentarse en la puerta a tomar esa bebida. Hacía 10 años que había enviudado y alquilaba una habitación a dos hombres –padre e hijo – y según testimonios recogidos en el lugar solía tener problemas con el mayor cuando cobraba su jubilación. Ese domingo, el menor de ellos, de 25 años, quien sufre una discapacidad, encontró a Pereyra muerto en su cama y le dio aviso a una vecina. Familiares de la victima señalaron en aquel momento al mayor de los hombres, apodado Bicho, como el probable autor del crimen pero el sospechoso desapareció del barrio.
El lunes pasado, el sindicado fue detenido Hurlingham, provincia de Buenos Aires, en un hecho de robo. Posteriormente fue trasladado a Rosario, donde ayer fue sometido a una audiencia imputativa por el crimen; a su vez le imputaron amenazas coactivas con un cuchillo contra su hijo. La defensa del sospechoso estuvo a cargo de los defensores oficiales Juliana Girolimo y Pablo Tojo. Luego de escuchar la imputación, Pablo R. dio su versión: negó el hecho y dijo que no estuvo en la vivienda donde se produjo el crimen desde la noche anterior al hallazgo del cadáver, ya que al llegar su hijo no le abrió la puerta, él comenzó a golpearla y llegó la Policía porque alguien avisó al 911. Los uniformados le dijeron que se fuera, fue su relato. El fiscal solicitó prisión preventiva, que fue fijada por el juez con plazo. Pablo R. estará preso, en principio, hasta el 23 de diciembre próximo.
Comentarios