Espectáculos

Acerca de un amor imperfecto

La actriz Érica Rivas habla de su trabajo en la elogiada obra “Escenas de la vida conyugal”, donde comparte cartel con Ricardo Darín, bajo la dirección de Norma Aleandro, para dar vida a Mariana, una mujer que se rearma luego del abandono. TEATRO EN GIRA. De miércoles a domingo, en el Fundación Astengo.


Distanciados, casi ajenos al conflicto que plantea en ciernes Escenas de la vida conyugal, los actores Érica Rivas y Ricardo Darín, protagonistas de esta revisión del texto de recordado guionista y director de teatro y cine sueco Ingmar Bergman (creador del inolvidable film homónimo), a proscenio, le presentan al público lo que será la recreación pautada de algunos pasajes de la vida íntima de Juan y Mariana, un matrimonio de profesionales con un buen pasar y dos hijas. Ella tiene 39, él 48, y son una pareja tan llena de convenciones como de lugares comunes, que no podrá evitar la debacle de la convivencia que pasará por los vaivenes y las contradicciones del desgaste y que, a pesar de todo, con el amor indemne, conocerá acerca del desamparo, el desapego y, sobre todo, hará carne la pérdida del deseo, más allá de asumir, finalmente, que el suyo es un “amor imperfecto”.
Tras su exitoso paso en julio del año pasado por el Auditorio Fundación Astengo, y luego de una importante temporada en España, Escenas de la vida conyugal vuelve mañana al coliseo local de Mitre 754 donde seguirá en cartel hasta el domingo, con funciones diarias a las 20.30.
Buscando la empatía con el público, Darín y Rivas traen al presente las palabras de Bergman a través de esta luminosa pieza teatral montada bajo la atenta dirección de la también actriz Norma Aleandro, quien hace poco más de dos décadas estuvo en escena con ese mismo texto, junto al siempre recordado Alfredo Alcón.
“Siento que este trabajo es un desafío hermoso, la verdad es que es todos los días algo distinto; también por eso es tan interesante hacerlo, y es lo que hace que no nos cansemos porque no es repetir todos los días lo mismo, es una obra que siempre ofrece variantes. Se trata de un texto que, en primera instancia, tiene una verdad única y una poética muy interesante, con muchos vericuetos; además es algo que uno transita permanentemente porque si estás o estuviste en pareja en algún momento, es algo que transitaste y comprendiste; te das cuenta de que enseguida te aparece algo que es muy verdadero y que al mismo tiempo nos hace aprender y comprender de qué se trata”, expresó Érica Rivas sobre la continuidad de este trabajo que lleva varias temporadas y con el que, más allá de los tiempos y los compromisos, piensan seguir adelante.
Entre algunas rispideces que debe atravesar su personaje, no exento de humor, en particular cuando Mariana toma conciencia de la pérdida de su pareja y del dolor que eso conlleva, Rivas logra uno de sus mejores momentos en el espectáculo, por la complejidad que amerita salir de un registro de comedia dramática para abordar otro de tono casi trágico. “Son momentos complejos pero bellos, son cosas que como actriz me interesan mucho y me gusta transitarlas. Esa es como la parte sadomasoquista (risas), pero la verdad es que en los recorridos emocionales, cuanto más hondos y profundos, más interesantes, porque te dan un montón de aprendizaje como actor. Y siempre siento, y soy muy sincera con esto, que nunca lo pude transitar del todo tan hondamente como se merece, sino que siempre estoy buscando cómo es ese momento: técnicamente, viendo que es lo que me aparece como actriz, las herramientas que tengo, las cosas propias que traigo. Y obviamente, agradezco muchísimo que el público me acompañe de esa manera tan emocionante, entregada y plena que siento que pasa. Porque estos personajes, así como son, también son queribles, porque son posibles, aunque sean políticamente incorrectos los dos. Y eso tiene algo hermoso para el actor: nos posibilita tener la complicidad del público”.
La actriz, de vasta trayectoria en cine, teatro y tevé que espera por esto días el estreno en la Argentina de la elogiada película La luz incidente, de Ariel Rotter, ya estrenada en Francia y plagada de críticas muy elogiosas, habló también de ese espacio vital y misterioso que suelen tener los personajes, siempre latiendo y siempre esperando algo más del actor. “Eso que tienen de inexplicable los personajes que uno compone es el gran misterio del teatro. La gente no puede entender que en la repetición siempre hay algo diferente y que en eso uno aprende y que tiene que ver con volver a hacer vivir algo que está muerto; al mismo tiempo que uno está viendo cuáles son las reglas y las cosas que hay que entender o no, y cómo se hacen. Si uno no ama eso de la actuación, seguramente, no podrá trabajar en el teatro, porque eso es lo más lindo que hay y al mismo tiempo lo más complejo. Me suelen preguntar: «¿Cómo hacés para repetir siempre lo mismo?». Y siempre pienso que no es lo mismo, siempre es diferente. Sobre todo, porque no siempre estoy igual emocionalmente y es imposible no ser transparente en el escenario; los actores sentimos que nos ponemos una máscara pero en realidad lo que estamos haciendo es desnudándonos”. Y completó: “La gente puede entender que esto es así, sin decirlo, porque no es necesario. Lo que tiene de bueno esta propuesta, y como gran desafío del teatro comercial, es que el público que viene a vernos no es gente que va siempre a ver un Bergman. Entonces: que se identifiquen de la manera que lo hacen, que les entre la historia y que puedan compartir conmigo todas las preguntas que me hago cuando hago a Mariana, es enorme y hermoso”.

Personajes inolvidables

Érica Rivas tiene en su haber un personaje insoslayable de la pantalla chica. Se trata de María Elena Fuseneco, la singular vecina de los Argento en Casados con hijos. Y también tiene un personaje que marcó un momento en el cine como la novia a punto de casarse, en plan de venganza, del último episodio de Relatos salvajes, de Damián Szifrón, la película más taquillera de la historia del cine nacional. Ahora, con Mariana, Rivas va camino a repetir el logro, pero esta vez en el teatro. “Nunca me lo puse a pensar pero puede ser. Yo hago teatro siempre y no hago mucho teatro comercial, entonces para mí también era un desafío. Primero, encontrar un texto que me interesara decir en el teatro comercial, que de por sí es enorme el compromiso, porque uno, en el teatro independiente, sabe cual es el público, va mucha gente cercana y conocida, sabemos acerca de la idiosincrasia de esos espectadores y estamos tranquilos con eso; pero yo no sé cómo es el público del teatro comercial. Yo no tengo tele, no estoy cansada de verme porque no me vi nunca. Si habré visto medio capítulo de Casados con hijos es mucho, porque la verdad no me soporto (risas), pero además porque ya está, la viví con felicidad en el momento de actuarla, pero después verme es la peor parte de la actuación que tengo que padecer, por eso el teatro me gusta tanto, porque siempre se vuelve a empezar, siempre hay posibilidad de volver a hacer”.

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