Espectáculos

A puro hard-rock, Slash brilló en Buenos Aires

Con la fuerza de aquellos clásicos de Guns N' Roses y la magia inalterable de su guitarra, el mítico Slash volvió a alimentar la adoración de sus fans argentinos en un contundente show que brindó ayer en el estadio porteño Malvinas Argentinas.


El mítico Slash volvió a alimentar anoche la adoración de sus fans argentinos en un contundente show que brindó en el estadio porteño Malvinas Argentinas, como parte de la gira de presentación de su reciente disco solista “Apocalyptic Love”.

Tras el elogiado concierto que brindó el pasado miércoles en el estadio Orfeo de la ciudad de Córdoba, el violero de la eterna galera y los rulos ratificó en la noche del sábado su buen momento musical con un concierto a puro hard-rock sin concesiones, frente a más de 5 mil personas que atestaron ese recinto del barrio de La Paternal.

Con la chance del regreso de la formación clásica de los Guns prácticamente enterrada para siempre y la carrera de Velvet Revolver en medio de un paréntesis que lleva casi un lustro, el ícono de la guitarra lanzó a mediados de año su segunda placa solista, compuesta a medias con el cantante de su actual banda, Myles Kennedy, reconocido también por su trabajo al frente de la banda Alter Bridge.

Abocado a presentar en todo el mundo este nuevo trabajo, el guitarrista volvió a pisar suelo argentino por segunda vez en un año y medio, acompañado por una sólida agrupación, denominada “The Conspirators”, que completan Brent Fitz en batería, Todd Kerns en bajo y Frank Sidoris en guitarra rítmica.

Luego de la presentación de la banda estadounidense Black Label Society, liderada por otro mago de las seis cuerdas que trabajó varios años con Ozzy Osbourne, el gran Zack Wylde, cerca de las 21.20, Slash subió al escenario.

La flamante “Halo” y de inmediato la gema de los Guns “Nightrain” desataron el pogo en el caluroso recinto, donde por momentos en aire se tornaba irrespirable.

El público, en su mayoría treintañero, ya sabía lo que iba a buscar y ovacionó cada solo del enrulado, especialmente esos que ejecuta con su Gibson Les Paul en posición vertical.

No obstante, no se trató de un show carente de sorpresas: la inclusión de “Welcome To The Jungle” y la versión trash de “You re Crazy”, ambas cantadas por el bajista Kerns, no habían figurado en su concierto de abril del año pasado en el mismo estadio.

Y ni que hablar, cuando Slash hizo subir al escenario a Wylde para una brillante zapada de blues, donde ambos violeros intercambiaron solos formidables, marcando en ese instante el récord de celulares y cámaras de fotos encendidas para capturar uno de los momentos más altos de la noche.

Otra rareza fue el hecho de no haber visto al guitarrista tocando en ningún momento de las casi dos horas de concierto con su característico cigarrillo pendiendo de su labio inferior, sin llegar a saber si fue a causa de que abandonó ese vicio que lo acompaña de casi toda la vida, o bien a que las multas por fumar en espectáculos público se han vuelto más rígidas.

Más de media docena de canciones de “Apocalyptic Love” (entre ellas el corte de difusión “You Are a Lie”, la balada “Not For Me” y la rockera “Anastacia”) y un puñado similar de gemas de Guns N Roses (como “Rocket Queen” y “Sweet Child O Mine”), constituyeron la columna vertebral del recital.

No faltaron tampoco temas de su primer disco solista “Slash & Friends”, grabado en 2010, (“Ghost”, “Back From Cali”, “Dr. Alibi” y “Starlight”), mientras que tocó sólo una de Velvet Revolver y de Slash s Snakepit, sus anteriores proyectos.

Y esta vez además salió del listado de temas su célebre versión del tema de Enio Morricone para la película “El Padrino”.

Sin tener que lidiar con la presencia del problemático Axl Rose, ni con los conflictos de egos que vivió en Velvet Revolver, a Slash se lo vio más relajado que nunca, ocupando el rol claro de jefe y divirtiéndose a pleno con sus compañeros de banda.

Por su parte, el cantante Kennedy a lo largo de la noche hizo gala de toda su versatilidad y en varias ocasiones acompañó al resto de la banda con una guitarra.

“Shliter”, una de las más festejadas, marcó el fin del show, pero a los pocos minutos el hombre de la galera regresó para hacer “Bienvenidos a la Jungla”, tal como anunció -en español- al micrófono, y por último otro clásico, “Paradise City”, también de aquel disco “Appetite For Destruction”, con el que en 1987 Guns N’ Roses pateó las puertas del ingreso a las grandes ligas del rock.

Papel picado flotando por el aire y un sonriente Slash con el torso desnudo lanzando decenas de púas fue la postal con la que se retiró el público, tras 20 canciones interpretadas.

El guitarrista ofrecía su última presentación en el país este domingo, en el Teatro Vorterix de Colegiales.

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