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Supervivencia digna

“A partir de los 40 es necesario realizarse una senografía al año”

Así lo recomienda el médico Marín Riege, quien fue presidente de la Asociación Argentina de Oncología Ginecológica.


Martín Riege es médico ginecólogo y ex presidente de la Asociación Argentina de Oncología Ginecológica. El pasado miércoles 19, como cada año, se conmemoró el Día Mundial Contra el Cáncer de Mama, jornada destinada en todo el planeta para concientizar a la población de cada país. En ese marco, el médico explicó a El Ciudadano los estudios que se deben realizar las mujeres y cuáles son los factores de riesgo.

—¿Por qué se conmemora el Día Mundial Contra el Cáncer de Mama?

—Es una forma de concientizar a la población. El diagnóstico precoz en cáncer de mama es muy importante y las pacientes que llegan a ese diagnóstico precoz tienen la posibilidad de llevar una mejor sobrevida que las que no lo tienen, además de que los tratamientos sean menos agresivos.

—¿Cuáles son los estudios para la prevención y detección de cáncer de mama?

—Para las mujeres que no tienen antecedentes, es necesario realizarse una senografía anualmente, a partir de los 40 años. Para las que sí tiene antecedentes, a partir de los 35 años y 10 años menos que el cáncer de mama que tuvo su madre. Es decir, si la madre tuvo la enfermedad a los 30 años, la hija tiene que comenzar con los estudios a partir de los 20 años.

—¿Por qué aparece el cáncer de mama?

—Hay varios factores. Algunos son hereditarios, es decir, los que tiene algunos genes y están alterados y otros síndromes, es decir, cuando hay múltiples genes alterados que pueden tener relación con el cáncer de mama, de colon, de endometrio. Hay un alto porcentaje de pacientes que son hereditarios. El otro grupo de pacientes no se sabe con exactitud por qué aparecen. Son alteraciones genéticas de la misma célula maligna que tendrían que nacer y morir a través de algunos mecanismos de defensa del cuerpo humano, pero las células no se rompen y comienzan a duplicarse y a crecer. Hay algunos cofactores que tienen que ver con eso, como por ejemplo, el cáncer de cuello de útero, en el caso del pulmón, el tabaco; en el esófago, el alcohol. El tabaco, es el primer cancerígeno a nivel mundial y lo sigue el HPV.

—¿Cuál es la diferencia en cáncer de mama de prevención primaria y secundaria?

—La primaria consiste en las vacunas disponibles, los pioneros en estas prevenciones son los pediatras con las vacunas para los chicos. La más importante en cáncer es la vacuna para el virus de papiloma humano (HPV), que previene tanto en mujeres como en los hombres. En mama no hay prevención primaria, sí disminución de factores de riesgo.

—¿Se ven cada vez más casos de mujeres jóvenes con cáncer de mama?

—Sí, porque no se completó su fertilidad. Actualmente, muchas mujeres no se embarazan hasta los 40 años y coincide en que aparece el cáncer de cuello de útero. En el caso que tengan que hacer un tratamiento con quimioterapia, eso implica que puedan perder su fertilidad. Actualmente hay un servicio de oncofertilidad, es decir, a las pacientes que tienen que hacer tratamientos de quimioterapia, se les realiza un tratamiento previo para guardar óvulos de la paciente. Entonces antes de empezar con el tratamiento, se guardan óvulos, se criopreservan (se congelan), entonces la mujer si entra en la menopausia, tiene criopreservado su futuro reproductivo.

—¿Es muy importante realizarse los estudios una vez por año?

—Sí. Actualmente, el cáncer de mama es un tumor que cuando se diagnostica es muy pequeño de tamaño y tiene una tasa de curación cercana hasta el 95 por ciento de los casos. Por eso es fundamental que todas las pacientes puedan acceder a lo que se llama la prevención secundaria a través de la mamografía, tomosíntesis, ecografía mamaria y resonancia magnética, todos estos estudios tiene que realizarlos un mastólogo, un ginecólogo o un especialista en mama.

Tocate, cuidate

Es recomendable hacer el autoexamen mamario a partir de los 30 años y debería convertirse en un hábito. Si aparece algo diferente se debe acudir al médico. Hay que realizarlo después del ciclo menstrual, es decir, cuando hayan desaparecido las inflamaciones propias del período menstrual y no haya durezas, dolor, inflamación o sensibilidad.

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