Espectáculos

Juan Gil Navarro llega con “Cock”

"Siento que la sexualidad sigue despertando la curiosidad" dice el actor sobre su desempeño en "Cock",  del dramaturgo inglés Mike Barlett, que protagoniza junto a Eleonora Wexler, Juan D'Elia y Diego Velázquez, bajo la dirección de Veronese, y que llega a La Comedia viernes y sábado.


cock3nota

Por Miguel Passarini.

Sin dirimir acerca de una supuesta o pretendida provocación que singulariza la obra del joven y talentoso dramaturgo y director teatral inglés Mike Bartlett que, con un puñado de piezas estrenadas (entre otras, (Love, Love, Love, Artefacts, My Child) y poco más de 30 años, se ha convertido en una de las más prominentes figuras de la escena a nivel mundial, Cock, obra que lleva su firma, tras dos temporadas porteñas, desembarcará esta noche y mañana, a las 21, en el teatro La Comedia (Mitre y Ricardone).
Con Juan Gil Navarro y Eleonora Wexler como protagonistas, acompañados por Jorge D’Elía y Diego Velázquez, reciente ganador del premio Florencio Sánchez, la pieza cuenta con versión y dirección de Daniel Veronese. Cock narra la historia de un joven gay que de un momento a otro se enamora de una mujer (Wexler). Fascinado por ella, sufre, hasta animarse a confesar su dilema amoroso a su pareja (Velázquez), quien intrigado decide organizar una cena en su casa para conocerla. Al encuentro se suma el padre de John (D’Elía), quien no puede superar que su hijo no vaya a tener una vida “normal” junto a su pareja establecida.
“El hilo conductor de todo este planteo que lleva adelante Juan, mi personaje, muestra a un tipo que no sabe bien qué es lo que quiere: tiene una relación de siete años con una pareja gay y, de repente, conoce a una chica en medio de su separación, y por tener problemas con su personalidad y con su carácter, y no querer enfrentase a eso que le pasa, decide, como dice en uno de sus parlamentos, seguir adelante no con lo que quiere sino con lo que le resulta más fácil”, adelantó Juan Gil Navarro en una charla donde también habló de la responsabilidad de representar un personaje que siempre corre con los riesgos del cliché.
—¿Por dónde va el planteo de esta obra? ¿Qué sentís que esconde detrás de un primer plano?

cock2nota
—En realidad, el planteo va por fuera de toda decisión acerca de la sexualidad, algo que, creo, hoy no escandaliza a nadie. Me parece que lo importante que la obra plantea es qué pasa cuando uno no está dispuesto a embarrarse para ver qué es lo que quiere y cómo lograrlo, y el tema de la sexualidad hace que uno pueda ingresar más rápido al conflicto. Pero la obra tiene capas más profundas: muestra cómo puede perjudicarse uno y cómo se puede perjudicar a los demás, cuando no se sabe bien qué es lo que se quiere en la vida.
—¿Compartís la mirada acerca de que la obra plantea el amor como algo que, algunas veces, va por fuera de la elección sexual y que la sexualidad no define otras cuestiones de un orden social?
—Totalmente de acuerdo, y lo que digo, lo digo a modo personal y por fuera del personaje y de la obra. En 2013, ponerse a pensar que las cuestiones de cama definen la bondad o la maldad de una persona; la normalidad, si es que pudiésemos definir qué es lo normal y qué lo anormal, es una discusión vieja. Esta circunstancia dentro de la obra sirve para que, en todo caso, uno entienda más rápido lo que se está contando, es un vehículo, un eslabón, que de no ser de este modo quizás quedaría todo más en el plano de lo filosófico. Siento que la sexualidad sigue despertando la curiosidad del mismo modo que la cama ajena; son cosas que sirven para ver en los otros los problemas de uno.
—¿Cómo es compartir este proyecto con un equipo de gente tan talentosa en el marco de una obra que se enmarca dentro de un teatro que si bien es comercial no está reñido con la calidad?
—Nunca había hecho una comedia dramática en teatro, y venía de una experiencia como la de Las brujas de Salem, que no había sido muy buena. Cuando los productores me llamaron, que además era la misma gente con la que había hecho Rey Lear con Alfredo Alcón, y me contaron que Leonardo Sbaraglia dejaba la obra porque tenía una película y me ofrecieron a mí la segunda temporada, fui a ver la obra. A los quince minutos que terminó dije que sí. Lo que intenté con el trabajo fue profundizar cosas que Leo ya había encontrado y que me parecían muy buenas, más otras que aporté yo. Si lo comparo con la cocina, ya había una receta a la que luego le hice mis aportes para que el plato se vea mejor, más rico.
—¿Qué diferencias hay entre el gay que armaste para “Graduados” y el que representás en “Cock”?
—Son cosas muy distintas; el personaje de Graduados se fue dando a partir de las circunstancias de la tira (ver aparte), y el de la obra estaba escrito previamente. Hace un tiempo leí una biografía sobre (el dramaturgo y escritor) Tennessee Williams y creo que era (el director de cine) Elia Kazan quien decía allí que Williams era alguien que no tenía piel, que no tenía modo de protegerse, y en realidad el Juan de la obra es eso: un ser sin piel, que no sabe cómo defenderse de los embates, y entonces es muy distinto de este gay casi de Esperando la carroza que había inventado para Graduados.
—¿Sentís que asumís una responsabilidad extra a la hora de cargarte semejante personaje que, entre otras cosas, la sociedad puede subestimar o discriminar?
—Es una responsabilidad enorme, sobre todo porque se trata de un personaje muy vulnerable, y esa vulnerabilidad genera en el espectador, tanto de televisión como de teatro, querer entenderlo, querer cuidarlo, y nos permite encontrar cosas que uno tiene en su modo de ser o de vivir que también nos hacen vulnerables.
—La vulnerabilidad debe enfrentar siempre cierta intolerancia.
—La intolerancia está presente en todos nosotros. Sino, ¿cómo te explicás lo que pasa en Francia con la ley de Matrimonio Igualitario con la gente repudiando en la calle? ¿Cómo puede ser tan importante para algunas personas lo que pasa en las camas ajenas? Creo que estar tan preocupado por la cama ajena termina desatendiendo la propia (risas).
—Las sociedades parecieran temerle a aquellos que consideran “diferentes” porque se trata de personas que no piensan o actúan como la mayoría…
—Cuando vi Milk (película sobre la vida del militante gay norteamericano Harvey Milk), con ese trabajo maravilloso que hace Sean Penn, pensé en lo tremendo que fue que a alguien le constara un tiro toda esa bronca, pero al mismo tiempo qué fantástico que alguien se entregara de esa forma por una causa, con tanto amor por algo que tiene que ver con un derecho. La elección sexual es como respirar; es algo curioso que se necesite que una ley aclare que las personas homosexuales tienen los mismos derechos que cualquier ser humano.

La Tevé, un mundo complejo

Juan Gil Navarro luego del éxito de Graduados del año pasado apostó por un protagónico en la comedia romántica Mi amor, mi amor (Telefé). En ese marco, el actor habló de los riesgos que implica el trabajo en la pantalla chica. “Mi terapeuta me dijo una vez: «Qué difícil es trabajar en televisión para los actores, porque es como que todo el tiempo caminan para atrás con los ojos vendados». Y nunca encontré una mejor definición para contar el riesgo que implica para un actor la televisión, porque uno realmente no sabe bien hacia dónde va. Los personajes se construyen día a día, y en muchos casos las cosas están dadas por aquello que los demás actores van armando con vos. En el caso de Guille de Graduados, nunca se pensó en llegar a eso: yo estaba como invitado en los primeros quince capítulos y de repente, las cosas fueron cambiando y, afortunadamente se les ocurrió que podíamos enfilar el personaje para ese lado y fue toda una revelación”.

Comentarios