El Hincha

Rugby: Rosario se consagró campeón en Río Cuarto

El seleccionado de Menores de 18 años de la Unión de Rugby de Rosario superó en la final a Tucumán por 37-10 y terminó invicto el certamen. Bertero, Baronio, Sonsino y P. Fernández marcaron los tantos para la consagración.


El seleccionado de Menores de 18 años de la Unión de Rugby de Rosario se consagró campeón invicto del Argentino Juvenil luego de superar a su par de Tucumán por 37 a 10, en las instalaciones de Urú Curé.

En la localidad cordobesa de Río Cuarto y con el arbitraje de Matías Fresia, los Ñandúes y los Naranjitas protagonizaron un parejo primer tiempo, que culminó 13 a 10. Sin embargo, en el complemento surgieron las diferencias que le posibilitaron al combinado rosarino alcanzar el título.

Pablo Bertero, Esteban Baronio (2) y Emiliano Sonsini marcaron un try cada uno, mientras que el apertura Patricio Fernández cosechó tres penales y cuatro conversiones para el 37 a 10 final con el que Rosario se erigió como campeón nacional después de 13 años (las camadas 78-79 obtuvieron el certamen M21 en 1999).

En Río Cuarto, el plantel de jugadores y cuerpo técnico se mezcló en los festejos con la gran cantidad de familiares, amigos y directivos de los clubes y del propio Consejo Directivo de la Unión que se acercaron a apoyarlos.

Tras la vuelta olímpica, apareció el tradicional piletazo y una canción que quedará grabada: “Yo sabía… es Rosario, el campeón de la Argentina”.

El representativo de la URR, que tiene como Head Coach a Franco Rossi y a Marcelo Muré, Matías Costante, Lisandro Silvestre Begnis y Andrés Irazoqui como entrenadores, finalizó invicto su recorrido, ya que en la primera fase le ganó a Entre Ríos por 57 a 0, a Buenos Aires por 30 a 23 y a Córdoba por 47 a 29. En semifinales, derrotó a Cuyo por 54 a 7, y en la definición le ganó a Tucumán por 37 a 10.

Estos chicos demostraron grandes condiciones individuales pero lograron lo más difícil, amalgamar cada uno de sus virtudes y conformar un gran equipo que se dio todos los lujos, porque más allá de haber culminado invicto, demostró una superioridad abrumadora en la mayoría de los partidos y lo ratificó en la final, donde dejó de lado la ansiedad y los nervios que aparecen en estos partidos y con madurez gritó ¡campeón!

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