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Bergman: “Cristina pone en evidencia que Néstor murió”

Por Daniel Zecca.- El legislador del PRO aseguró que “Kirchner nunca compró la mercadería que vendía”, mientras que la actual presidenta “sí”.


Engranaje importante del proyecto comunicacional del PRO en su proyección para 2015, el rabino Sergio Bergman se lanzó a recorrer las provincias y a participar de cuanta tribuna esté dispuesta a escucharlo. A Rosario llegó esta semana con una apretada agenda, en la que descollaban sus encuentros con sindicatos, como parte de la cruzada del PRO por rescatar para el proyecto de Macri  a peronistas desencantados con el modelo cristinista.

Tanto es así que el martes por la noche, en el sindicato de garagistas, Bergman brindó la conferencia “Doctrina Justicialista, doctrina de amor”, en la que intentó buscar las coincidencias entre aquel proyecto “nacional, popular y cristiano” de Perón, con este que define como “nacional, federal, democrático y republicano”.

En esta entrevista con El Ciudadano, el legislador fue duro con la presidenta Cristina Fernández, a quien acusó de creerse el “relato”; y con la organización La Cámpora que, según él, “trata de escribir el peronismo como no lo escribió Perón”.

—No lo imaginaba dando una conferencia sobre doctrina peronista.

—Tiene que ver con el lanzamiento que se hizo acá en Rosario de una corriente PRO-peronista, donde algunos de los legisladores del espacio adherimos. La idea es ir a la búsqueda de aquellos miembros del partido que no quieren dejar de ser peronistas y quieren sumarse e involucrarse con el PRO en la visión de una construcción política alternativa de cara al 2015, con la candidatura de Macri presidente.

—¿Hay que ampliar el espacio?

—Como nosotros estamos convencidos de que lo que el PRO viene a formular es una política de lo nuevo, la intención nuestra es salir de las viejas antinomias y generar una política de síntesis, lo que implica reconocerle a cada espacio lo que pudo contribuir no sólo en la historia sino en el futuro. Si vos querés superar al peronismo y al radicalismo primero los tenés que asumir. Porque si no lo asumís entonces no te integrás. Pero nosotros no estamos construyendo en términos de ver cómo nos identificamos con el peronismo, con el radicalismo o el socialismo sino cómo nos nutrimos de ellos.

—¿Y el kircherismo, no es peronismo?

—A esta altura no alcanza con plantear que el kirchnerismo ya no es peronismo. Es una obviedad. Lo que nosotros podemos decir es que podemos tomar de lo que el peronismo contribuyó a la política argentina para lo nuevo que va a venir. Y ése es un poco el esquema, pero lo haríamos también con el socialismo y con el radicalismo. Lo que ocurre es que  los compañeros peronistas se ven usurpados de las banderas del peronismo por esa apropiación que hace el kirchnerismo y el cristinismo.

—¿No son lo mismo?

—No. Cristina lo que de alguna manera hace es poner en evidencia que Néstor murió. Aunque la retórica indica que es una continuidad, un mismo proyecto con dos gobiernos, pero son dos proyectos totalmente diferentes. ¿Por qué? Néstor nunca compró la mercadería que vendía. Cristina sí.

—¿Cómo es eso?

—Néstor tenía el pragmatismo de saber qué decir, qué enarbolar y qué mística plantear, sabiendo que el manejo del país está basado en la concentración de poder y de caja. Por ejemplo, y reconociendo las cosas que se hicieron bien, y hasta muy bien, si alguien dice que quiere activar la política productiva nacional, perfecto, pero Néstor jamás aisló a la Argentina del mundo. Hablaba que la iba a aislar pero no la aislaba. Los corría a todos pero con todos terminaba negociando. Apretaba lo suficiente como para que vengan al pie y entreguen lo que tienen que entregar.

—¿Cristina se creyó el discurso?

—Néstor tuvo que construir poder y hacer caja. Ella lo heredó. A Cristina sólo le quedó como motivación la convicción ideológica de que realmente está refundando la Patria. Yo realmente le doy el voto de buena fe de que ella está convencida llevándonos al desastre donde nos lleva. Cosa que yo tenía la tranquilidad –ahora, porque cuando él gobernaba estaba muy preocupado– de que él decía todo lo que decía, pero no era lo que hacía, porque lo mantenía en caja, porque sabía cómo poner a cada uno en el lugar donde lo tenía que poner.

—¿Ejemplo?

—La Cámpora. Néstor tenía claro que La Cámpora eran los amigos de Máximo (Kirhner) que jugaban al fútbol y comían asado. Nunca los dejó jugar. La marca Cámpora ya existía antes del final del gobierno de Kirchner. Era una camiseta para jugar al fútbol. Ahora están en posiciones muy importantes, sin haber hecho ninguna carrera, y se los utiliza para correr al sindicalismo, socio estratégico desde el primer momento, y al peronismo estructural, que se lo llevaron puesto.

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