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Andy Warhol, la frontera entre el arte y el consumo

Se cumplen 25 años del fallecimiento del multifacético artista que representó como nadie la cultura pop.

Considerado como uno de los creadores más influyentes del siglo XX y el máximo representante del arte pop, tal vez el mayor aporte del artista Andy Warhol –de cuya muerte se cumplen hoy 25 años– es haber elevado a los objetos cotidianos a la categoría de obras de arte.

Pintor, ilustrador, cineasta, escritor, Warhol avanzó un paso más allá en la búsqueda de nuevos modos de expresión, concentrando su interés en la relación arte-sociedad y los sistemas de producción seriados.

El ícono por excelencia de la reinterpretación nació en Pittsburgh (Pennsylvania, Estados Unidos) en agosto de 1928 en un hogar de inmigrantes checoslovacos bajo el nombre de Andrew Warhola.

Su infancia estuvo marcada por una salud delicada que le hizo pasar largos períodos en la cama y que de alguna manera contribuyó a estimular su creatividad.

Entre 1945 y 1949 estudió en el Instituto Carnegie de Tecnología y al cabo de ese período decidió radicarse en Nueva York, donde ya con el nombre que lo volvió famoso comenzó su carrera como dibujante publicitario para revistas de moda como Vogue, Harpers Bazaar, Seventeen y The New Yorker.

Mientras se volvía conocido en el mundo publicitario y editorial, el multifacético artista pintó lienzos cuya temática se basaba en algún elemento o imagen del entorno cotidiano, de la publicidad o el cómic.

Obsesionado con el tema de la producción seriada, Warhol ideó un método de trabajo basado en un proceso mecánico de serigrafía con el que reproducía sus obras.

Así, los rostros de mitos contemporáneos como Marilyn Monroe, Elvis Presley, Elizabeth Taylor o Mao Tse-tung empezaron a contemplarse en todo el mundo al igual que las latas de sopa Campbell o las botellas de Coca-Cola convertidas en obras de arte durante la década de los sesenta, una de las más importantes de su trayectoria artística.

Estas intervenciones junto a la de obras universales, su manipulación y utilización del color, vivo y brillante, lo convirtieron en un artista polémico y provocador y a la vez famoso en el mundo entero.

Obsesionado por las series, el artista fue eliminando de sus trabajos los rasgos expresionistas hasta reducir su obra a una repetición de un elemento popular procedente de la cultura de masas, el mundo del consumo o los medios de comunicación.

The Factory

En 1963, Warhol fundó The Factory, un estudio de arte situado en la quinta planta del número 231 de la calle 47 Este en Midtown (Manhattan, Nueva York) que funcionó entre 1963 y 1968.

Cinco años después, sufrió un intento de asesinato a manos de Valerie Solanas, una escritora y militante feminista que le  disparó seis tiros y provocó un cambio fundamental en su vida.

La primera trasformación se dio con la mudanza de The Factory a nuevo edificio: el color plata del espacio anterior fue reemplazado por color blanco, aunque ésta no fue la principal característica del cambio, ya que el nuevo estudio dejó la locura del pasado para convertirse en una entidad más burocrática y jerarquizada.

Así surgió la faceta más comercial de Warhol, la del productor cinematográfico y el pintor de la alta sociedad.

“Empecé como artista comercial y quiero terminar como artista de los negocios. Después de hacer eso del “arte”, o como lo llamen, me metí en el arte-negocio”, declaraba el artista en su libro Mi filosofía de A a B y de B a A.

15 minutos de fama

La célebre frase “todo el mundo debería tener derecho a 15 minutos de fama”, fue urdida por Warhol en el marco de una performance que reunió a un eclético grupo de estrellas porno, drogadictos, drag-queens, músicos y librepensadores que lo ayudaron a elaborar sus cuadros, actuaron en sus películas y crearon el ambiente que convirtió a la Factory en una leyenda.

“El arte ya no me divertía; me fascinaba la gente y quería pasarme todo el tiempo a su alrededor y haciendo películas”, aseguró en una oportunidad a propósito de aquellos años.

Truman Capote, Allen Ginsberg, Salvador Dalí, Bob Dylan, Mick Jagger, Fernando Arrabal, Brian Jones o John Giorno fueron algunas de las “stars” que pasaron por el estudio fundado por Warhol, un  personaje decididamente polémico pero con una indiscutible capacidad de revulsión artística.

En febrero de 1987, Warhol ingresó en un hospital del Upper East Side de Nueva York para una simple operación de vesícula biliar que se desarrolló sin complicaciones. Sin embargo, el 22 de febrero, a primera hora de la mañana, el paciente sufrió un trastorno cardíaco y murió. Pese a las varias investigaciones, nunca se han sabido con certeza las circunstancias de su fallecimiento.

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