Ciudad

Un viaje hasta las estrellas

Una pareja rosarina planea recorrer en un motorhome toda Latinoamérica durante un año y medio y a través de 40 mil kilómetros de caminos. Dictarán talleres de astronomía en escuelas de cada país.

Por: Pablo Moscatello

“La idea de poder concretar este viaje la tenemos desde hace años. A la casa rodante la compramos hace casi cuatro años con la idea de viajar. Igual, la verdad, en ese momento ni imaginábamos  armar el proyecto al que llegamos hoy”. Las palabras pertenecen a Daniel Ekdesman, un rosarino de 31 años que junto a su pareja, Sofía Méndez, planea recorrer toda Latinoamérica durante un año y medio en un gigantesco motor home dictando cursos de astronomía gratuitos a chicos que estudian en escuelas rurales. El objetivo de la travesía es crear lazos entre niños de distintos países e instalar el proyecto como un lugar de encuentro e intercambio de comunidades con distintas  identidades.

Si bien no tienen aún definida la fecha exacta, el periplo dará inicio a fines de febrero y la idea es hacer 40 mil kilómetros para visitar 16 países latinoamericanos. En cada uno de ellos harán pie en al menos dos escuelas rurales pertenecientes a pequeñas comunidades, donde capacitarán a jóvenes de entre 4 y 11 años. El proyecto lleva el nombre “Miradas” y, en rigor, el fin no sólo es educativo, sino también cultural. Daniel relata que la astronomía es la excusa para “laburar otras cosas”, y al instante agrega que  “los talleres son de astronomía básica, pero siempre tratando de direccionarlos hacía el final para que termine en una mirada intimista de uno mismo, en la que los chicos puedan contarle a los chicos de otra escuela y otro país cómo son ellos, su pueblo, su familia de la manera expresiva que quieran”.

“Por ejemplo, llevamos telescopio y un microscopio. Con el telescopio ves lo macro, lo gigante, lo enorme; y con el microscopio lo micro, lo pequeño. Esa va a ser la metáfora para trabajar lo lejano y lo cercano. Lo que tenemos en común con los demás y lo que es propio de las culturas que vamos a ir conociendo. Sobre como cada uno ve su propia realidad. Mezclar todas esas miradas”, agrega.

Para realizar el viaje ambos se capacitaron en el campo de la astronomía con cursos y lectura de libros. Incluso, hasta llegaron a tener contacto con altos especialistas del país en la materia.

Daniel relata que el periplo viene siendo organizado desde hace ya mucho tiempo. La gran mayoría de escuelas a visitar ya están contactadas. “Sólo faltan algunos países”, aclara Yayo, como lo conocen todos sus allegados. La idea de él y Sofía es estar no más de una semana en cada una. Precisamente en cada lugar la modalidad de trabajo se adecuará y se “irá buscando” con los docentes en cada lugar. En los talleres intentarán que  los niños puedan comprender ciertos principios básicos que rigen el cielo, es decir, magnetismo, gravedad, luz sombra. “Es lo que podemos trabajar con chicos de escolaridad primaria”, aclara de inmediato el joven.

Las producciones que elaboren los niños quedarán volcadas en la web (en los casos que sea necesario los materiales serán escaneados o fotografiados) para que así puedan ser vistas por las otras escuelas y todas queden en contacto. La idea es que los alumnos puedan crear sobre cartulinas, hacer collages y hasta producir, por ejemplo, canciones sobre cómo es su escuela. “A la vuelta haremos un libro con un DVD que incluirá material fílmico y fotos. Ese libro después volverá a todas las escuelas visitadas del continente. Será como una síntesis del proyecto”, explica Yayo. También hay chances de que la experiencia sea reflejada por el Canal Encuentro.

La pareja aspiraba en un principio a conseguir financiamiento para el combustible del vehículo y los materiales que utilizarán y dejarán en cada escuela. Sin embargo, la ayuda hasta ahora ha sido poca. “Estamos en período de difusión para que alguien baje una línea”, explica Daniel. Lo única mano tendida hasta ahora es la de alguno de los pequeños municipios que colaborarán con el combustible para algunos tramos. Prácticamente todo el dinero invertido es propio. “La verdad es que pensábamos que íbamos a conseguir financiamiento cuando nos largamos con el proyecto y hasta ahora no ha sido así”, cuenta con cierta resignación Daniel, quien habilitó la dirección de correo info@proyectomiradas.org para recibir colaboraciones.

En tanto, tras salir de Rosario, el viaje tendrá su primera parada en la localidad de Hersilia, en el norte de la provincia, y la segunda parada será en una institución de Jujuy. La travesía luego continuará consecutivamente por Chile, Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia. Desde ese destino, los jóvenes planean cruzar en ferry a Panamá, para posteriormente llegar hasta México. Antes, habrán dejado su huella  también por Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala y Belice. “Todavía no descartamos pasar por Cuba también”, aclara Yayo. La vuelta hacia sus pagos vendrá por el lado del Océano Atlántico, e incluye Venezuela, Brasil, Paraguay y Uruguay, en ese orden.

La “nave” con la que llevarán a cabo el periplo es un viejo Asia Kia modelo 94, el cual viene siendo preparado desde hace meses especialmente para la ocasión. “Es cómodo para vivir. Pero como vehículo te hace renegar. Y además el combustible te come vivo. Muchas veces nos ha dejado tirados. Lo compramos hace casi cuatro años y recién ahora lo terminamos de pagar”, sostiene entre risas Daniel. En su interior el vehículo cuenta con nutridas comodidades: baño, cocina, cama matrimonial, heladera, cocina con horno, un tanque de agua y la luz se las provee la propia batería del motorhome.  En él  también viajará todo el “arsenal” tecnológico con el que luego difundirán su tarea: cámaras de fotos, la filmadora, dos notebooks y un proyector de imagen, además de herramientas como el telescopio, 25 vinoculares, lasers y hasta una biblioteca itinerante para que los chicos visiten. Sólo resta poner en marcha el motor y que la travesía eche a rodar.

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