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En julio pasará a $8,50

Aumento del boleto: al final se va a 8 pesos

El veterinario Cossia se sentó en su banca y habilitó la sesión para tratar la suba. Así el oficialismo se aseguró el aval para el nuevo valor. También se destrabó el aumento para taxis y su vuelta al trabajo.


“Indudablemente han conseguido el quórum y en el marco de esa situación iremos al recinto a dar la discusión política”, se resignaron en su último “comunicado oficial” ya no 14 sino 13 concejales opositores. Plantados en su decisión de no habilitar el inicio de la sesión hasta que la otra mitad de los ediles –el oficialismo del interbloque del Frente Progresista junto al PRO– bajaran en al menos 50 centavos el aumento del boleto, lograron mantener por siete días una estrategia que se iba a desmoronar si había una fisura. Y llegó: minutos antes de las 20 el concejal Carlos Cossia fue el decimoquinto en sentarse en su banca y todo arrancó. Tras el inicio, el resto de la oposición llegó en tropel a ocupar sus bancas. No estaba claro a qué hora el camino de encendidos discursos y fuertes cruces iba a dejar paso a la votación ni si los números no seguirían siendo 14 a 14, con la presidenta del cuerpo, Daniela León, estrenando la potestad de doble voto para desempatar. Lo único seguro es que en cuestión de horas el boleto costará 8 pesos, que el 1º de julio pasará a valer 8,50 y que los taxistas vuelven a la calle: el aumento para ellos –30 por ciento– no era el problema.

La rebelión, empero, tenía un fuerte trasfondo político. Más allá del boleto, que los ediles opositores no habían dudado en definir como “tarifazo”, los soliviantó que el acuerdo sólo incluía al bloque más numeroso del Palacio Vasallo, Unión PRO Federal, con cinco ediles, y al interbloque oficialista, con 9, excluyendo al resto. Y se negaron a sesionar.

En la semana que siguió aportaron tres iniciativas colectivas, y multitud de proyectos individuales, todos con el mismo fin: un boleto cercano a los 7 pesos, que –en voz baja– podía llegar a 7,50, pero más no.

Todos fueron tenidos en cuenta –modificación a la forma del tributo que debe aportar el Casino, alícuota de las telefónicas, transferencia de vehículos, entre otras– pero ningún proyecto fue considerado por el oficialismo con el peso económico suficiente. O al menos consistente como para modificar, vía el Fondo Compensador, el valor del pasaje respecto de un estudio de costos que arrojó 9,45 pesos, sin tomar en cuenta el último aumento del combustible aplicado por el gobierno nacional apenas días atrás.

“Hemos presentado en la comisión de Servicios Públicos una batería de proyectos para disminuir el impacto que tendrá este aumento en el bolsillo de los usuarios. Cada una de esas propuestas buscó generar recursos para aportar al Fondo Compensador local y fue sistemáticamente rechazada por el socialismo y el PRO”, se quejó el interbloque opositor. Pese a enormes distancias políticas y hasta ideológicas, mientras duró funcionó como tal, incluso con comunicados de prensa conjuntos.

Pero todo giró en la nueva reunión de la comisión de Servicios Públicos, que desde las 9 –hora de la convocatoria original– fue en tres etapas. Para la última la participación de ediles superaba el 85 por ciento de todo el cuerpo: 24 de los 28 concejales estaban presentes. Fue al final cuando hubo una propuesta que no se resignó. La presentó Cossia y era el anuncio de que se cruzaba de vereda.

Así las cosas, al cierre de esta edición el Concejo se encaminaba a votar el aumento de boleto tal como lo había pedido el oficialismo, con retraso de una semana y una huelga de taxis. También la unificación –reduciendo fuertemente costos operativos– de las empresas Semtur y La Mixta. Y la propuesta que admitió el oficialismo para que Cossia se sentara en su banca: nueva modalidad de descuentos para los usuarios que más usan el ómnibus.

El valor actual de la tarjeta laboral es de 214 pesos que se cargan de una vez. Con el descuento acreditan 252 pesos, que es el equivalente a 40 viajes de 6,30 pesos cada uno. El boleto real de esa forma es de 5,35 pesos. Con la propuesta de Cossia pasaría a costar 6,64 pesos, es decir un 24,1 por ciento más. Para ello la tarjeta tendría una carga de 265 ó 266 pesos, y acreditaría 320.

En tanto, en la versión de la tarjeta “mercantil” impulsada por el Movimiento Sindical Rosarino y otros gremios como el Sindicato de Prensa a partir de un estudio que hizo precisamente la Asociación de Empleados de Comercio –en base a trabajadores del sector que cumplen doble turno y hacen cuatro viajes diarios– cuesta 404 pesos, pero acredita 505, habilitando 80 viajes a razón de 5,05 pesos cada uno. Esa tarjeta pasará ahora a costar 499,2 pesos (lo más probable es que se redondee a 500) pero acreditará 640 pesos. El valor del pasaje en esta versión sería de 6,24 pesos, es decir un aumento del 23,6 por ciento respecto de su valor anterior.

Cossia también propuso una nueva tarjeta laboral de 60 viajes, que hoy no existe. Costaría 384 pesos, pero acreditando 480, para un boleto de 6,40 pesos.

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